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Artroscopia de rodilla

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La artroscopia es un procedimiento mínimamente invasivo que le permite al cirujano mirar las superficies articulares (cartílago articular liso), los meniscos (cartílago “deportivo” o “amortiguador”) y los principales ligamentos de la rodilla (cruzados) y tratar y desbridar (alisar) las estructuras dañadas.

 

Antes de la cirugía se reunirá con el Dr. Carbó para hablar sobre la operación y escuchar y responder las preguntas que puedan surgir. Recibirá una descripción detallada de la operación según sus síntomas y el resultado de las imágenes, firmará el consentimiento para la operación, y se marcará la rodilla a intervenir. 

 

Durante la cirugía se toman fotografías digitales que ayudarán a explicar los hallazgos intraoperatorios y la intervención realizada. Recibirá una copia del mismo para su historia médica personal.

 

Para la artroscopia se inserta una cámara a través de 2 ó 3 incisiones muy pequeñas. La operación se realiza bajo anestesia general. Normalmente se trata de un procedimiento ambulatorio de entre 20 y 30 minutos de duración, aunque ocasionalmente se puede recomendar una noche de internación, especialmente si la cirugía incluye algún procedimiento adicional (por ejemplo la microfractura de cartílago seriamente dañado).

Esta técnica quirúrgica nos permite tratar las siguientes patologías:

 

  • Resección de tejido sinovial

  • Lesiones osteocondrales, como el desprendimiento de lesiones circunscritas o la remoción de fragmentos libres intraarticulares

  • Lesiones meniscales, sea meniscectomías parciales (es decir que se remueve sólo la región dañada del menisco) o suturas meniscales.

  • Lesiones ligamentarias, como la reconstrucción del ligamento cruzado anterior (LCA) o el ligamento cruzado posterior (LCP).

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